En septiembre de 2010 padecí un ataque de piedra en el riñón que me mantuvo hospitalizada durante 1 semana (los 3 primeros días los pasé prácticamente drogada a base de calmantes) y que no quisiera desear ni a mi peor enemigo (porque todos tenemos alguno).
La muy condenada no quiso ver mundo hasta pasadas 2 semanas y una vez analizada, me informaron que era de Oxalato Cálcico, con lo cual, desde entonces, en mi dieta intento controlar un poco todo el tema de los lácticos e ingredientes que me puedan aportar demasiados oxalatos.
Sorprendentemente, el tomate es una de esas frutas (sí señor@s, el tomate es una fruta) que aporta demasiados a oxalatos a mi dieta. Así que, sin apartarlo totalmente de mis comidas, tuve que aprender a comerme un sencillo plato de pasta, sin ese maravilloso ingrediente que hace las delicias de cualquier sofrito o que transforma una rebanada de pan recién horneado en algo simplemente único.
Para realizar este plato necesitamos:
* Macarrones
* Un chorrito de aceite de oliva
* 2 cebollas
* 4-6 Champiñones
* Medio calabacín
* Daditos de bacon
* Sésamo (opcional)
* Sal
Primero cogemos un cazo, lo llenamos de agua y salamos. Mientras esperamos a que hierva el agua, cogemos las cebolla y las cortamos en juliana. En una sartén mediana ponemos un chorrito de aceite de oliva y lo ponemos a calentar. Cuando esté caliente (sólo un poco, no debe llegar a humear) ponemos la cebolla cortada para que empiece a pocharse (a quedarse primero un poco transparente y luego como caramelizada). El fuego tiene que estar flojito. Mientras se pocha la cebolla, vamos cortando los champiñones a láminas finitas, los añadimos a la sartén y mezclamos con una espátula o cuchara de madera (siempre usar utensilios de madera: si no, las sartenes se rayan y no sirven de nada). Ponemos un poquito de sal, al gusto.
En este punto, seguro que el agua ya hierve, así que echamos los macarrones y cuando empiece a hervir otra vez, contamos 10 minutos (un cronómetro de cocina va de perlas: no es necesario contar mentalmente hasta 600 ;-) ).
Luego, añadimos a la sartén los daditos de bacon (da un toque de sabor al conjunto riquísimo). Y por útltimo, cortamos el calabacín también en tiras finitas y lo añadimos a la sartén. Éste ingrediente se pone el útimo porque si no se acabaría deshaciendo durante todo el proceso.
El punto crujiente lo pone el sésamo, que añadiremos al final para que se tueste un poco.
Escurrimos los macarrones y los ponemos en la sartén para que se impregnen de todos los sabores de los anteriores ingredientes. Mezclamos un par de minutos y ... ¡¡¡a comer!!!
Y aquí os enseño cómo @anabel_67 ha preparado estos macarrones para su familia. Gracias!!!
¿No se os hace la boca agua? Mmmmmm :-)
Escribí un comentario y no ha salido!! GRRR
ResponderEliminarQue sepas que mañana lunes vamos a probar esos macarrones la megafamily! Tendré 7 opiniones para darte... Gracias Princesa!
.:: Buena, sencilla y gustosa receta! Felicidades por tu blog gastronómico, que recomendaremos de vez en cuando...!!
ResponderEliminarcopiando receta... como los japoneses...
ResponderEliminarcoyote activando cocina 2.0 (Acme)
o están guenos o el correcaminos la palma...
je je je je