Nos trasladamos esta vez a Barcelona y a un tiempo ya remoto. El restaurante de allí era más… “de batalla”: menús, carnes a la brasa, calçots (típica cebolla catalana, de sabor dulzón, que se come con una salsa llamada “romesco”y preparada con almendras, avellanas y tomate) y unos platos no tan elaborados, aunque no por ello, menos deliciosos.
martes, 28 de febrero de 2012
martes, 14 de febrero de 2012
Galletitas de Chocolate
Tengo que confesar que nunca he tenido muchos vicios: fumar, lo dejé hace muchos años y beber, nunca ha sido una de mis grandes virtudes, a excepción del vino tinto, claro está. Pero lo que sí me pierde (y esto no quiere decir que la báscula salga huyendo cada vez que entro en el cuarto de baño) es la comida: creo que no podría pasar sin un bun entrecote de buey de tanto en tanto, o sin un pescado fresco con patatitas y tomate. Pero ante todo, creo que no podría estar sin mi dosis de chocolate: es, en definitiva, mi perdición.
martes, 7 de febrero de 2012
Capítulo 2: ¡Ay, la delicada tercera edad!
Para narrar esta historia debo retroceder una década en mis recuerdos. Hacía poco que el restaurante estaba abierto y para la gente de la comarca éramos unos auténticos desconocidos. Cuando un cliente traspasaba la puerta era una celebración, y cuando se nos presentaba la oportunidad de servir alguna mesa grande, la alegría flotaba en el ambiente. Hacíamos lo que hiciera falta para no perder la ocasión de servir a un mayor número de personas, aun siendo el local de dimensiones bastante reducidas. Y así, con esa disponibilidad a amoldarnos a cualquier situación, os propongo que viajemos al verano del 2002.
lunes, 6 de febrero de 2012
Un Paseo por La Boquería
Quizá pensaréis que la entrada de hoy no debería estar presente en esta sección de Platos Viajeros, pero he querido hacer un homenaje a uno de los mercados más bonitos que conozco: el de La Boquería de Barcelona.
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